Nos hemos encontrado, junto con Gustavo Petro, Vladdo y un grupo pluralista de personas progresistas, con liberales de izquierda que no se hallan en la Unidad Nacional ni fusionados con Cambio Radical, con indígenas que sin abandonar la ASI o AICO sienten que esos espacios de acción política son insuficientes y con muchísimos ciudadanos y ciudadanas no matriculados en ningún partido.
Nos unen unos principios rectores: la implementación efectiva de la Constitución de 1991; el respeto y fomento por las diversidades étnicas, raciales, sociales, sexuales; la equidad, la igualdad de oportunidades y la eliminación de la pobreza; una relación armónica con la naturaleza; la transparencia y el predominio de lo público sobre lo privado; el rechazo tajante a la violencia.
Los partidos políticos son claves para la democracia. Pero también lo son las iniciativas ciudadanas, especialmente ante el mapa cambiante e inconcluso de los actuales partidos en Colombia.
La ley establece que “grupos significativos de ciudadanos” pueden presentar candidatos mediante la recolección de firmas, aunque deben obtener pólizas de seguro, cuyos montos han sido aumentadas de manera exagerada, cerrando las puertas a quienes no tienen recursos, es decir, la gran mayoría. Pero tienen la inmensa ventaja de ser escenarios de encuentro de diversas proveniencias políticas, ya que sus integrantes no incurren en doble militancia si son parte de un partido.
El grupo significativo de ciudadanos Progresistas no pretende pelear con los partidos ni desconocerlos, sino reconfigurar con ellos y otros un nuevo sujeto político para la transformación democrática de Colombia. ¡Bienvenidos Progresistas!
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